ATENCIÓN TEMPRANA Y NEURODESARROLLO

El desarrollo infantil es un proceso dinámico, el cual se sustenta en su base biológica, psicológica y social. Es de saber que los primeros años de vida constituyen una etapa importante en el desarrollo del niño, pues se van configurando las habilidades perceptivas, motrices, cognitivas, lingüísticas y sociales que posibilitarán una equilibrada interacción con su entorno social. Este proceso es considerado como es una parte fundamental del desarrollo humano, durante los primeros años se forma la arquitectura del cerebro, a partir de la interacción entre la herencia genética y las influencias del entorno en el que vive el niño. , siendo el desarrollo infantil un proceso amplio y complejo, el cual incluyendo su relación con el cuidado diario y la influencia del medio ambiente sobre el mismo.

Entendemos, así, al desarrollo del niño como producto continuo de los procesos biológicos, psicológicos y sociales de cambio en los que éste resuelve situaciones cada vez más complejas, en los cuales las estructuras logradas son la base necesaria de las subsiguientes.

 

El desarrollo de los niños durante los dos primeros años de vida es fundamental, ya que es en esta etapa que el tejido nervioso crece y madura y está, por lo tanto, más expuesto a sufrir daño. Debido a su gran plasticidad, es también en esta época cuando el niño responde más a las terapias y a los estímulos que recibe del medio ambiente. El rápido desarrollo del niño se ve influenciado por el ambiente en el cual se desarrolle.

La atención temprana busca, a través de la vigilancia del desarrollo comprender todas las actividades relacionadas a la promoción del desarrollo normal y a la detección de problemas en el desarrollo.

Es un proceso continuo y flexible.

Se puede entender como atención temprana al conjunto de intervenciones infantil, entre los 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por finalidad dar respuesta, lo antes posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los infantes con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos.

El proceso de atención temprana debe comenzar lo antes posible, los primeros meses de vida, y ha de estar basada en una cuidadosa evaluación individual de las capacidades y de las dificultades del niño. Implantar un programa de intervención lo más tempranamente posible es muy aconsejable, incluso antes de esclarecer de manera definitiva un diagnóstico con garantías. Busca favorecer la adaptación el menor, en su entorno inmediato; en la familia, se procura brindar una atención que mejore los conocimientos y estrategias de ayuda al niño. A ello se suma un conjunto de acciones y propuestas que deben realizarse en contextos de salud, educativos o comunitarios. Este tipo de intervención reviste gran importancia por su relación con aspectos del neurodesarrollo en las primeras oportunidades de aprendizaje, y por sus aportes a la detección e intervención temprana de niños y niñas que presentan riesgos o alteraciones del desarrollo o discapacidades, entre otras.

Los problemas en el desarrollo del niño pueden presentarse de diversas maneras: como alteraciones en el desarrollo motor, en el lenguaje, en la interacción personal-social, en lo cognitivo, etc. La mayoría de las veces existen compromisos que afectan más de una función. En este caso, el niño tiene alteraciones funcionales mixtas en su desarrollo, la presentación clínica de los niños con problemas de desarrollo varía mucho, no solo en relación al tipo de retraso, sino también en relación a la intensidad del mismo. El cerebro del niño se encuentra en continuo desarrollo, con un crecimiento a veces vertiginoso, y sujeto a modificaciones y conexiones propias de la continua estimulación que el entorno le provee. El conocimiento del sistema nervioso nos ayudará a poder comprender los déficits que pueden aparecer por un desarrollo anormal del cerebro o a causa de daños en el mismo a edades tempranas. Dependiendo del momento en el que se produzcan estas anormalidades o daños (durante el embarazo, en el periodo perinatal o en el transcurso de la infancia), sus repercusiones variarán.

 El neurodesarrollo puede verse como un proceso en el cual el niño participa junto a su medio ambiente, influyéndose mutuamente y evolucionando en una dirección particular, en este contexto la evaluación no solo enfoca al niño, sino también a las interacciones entre el niño, sus padres cuidadores, familia y entorno inmediato.

En este contexto la neuropsicología del desarrollo infantil aborda la relación entre el proceso madurativo del sistema nervioso central y la conducta durante la infancia; considera las variables de maduración, plasticidad cerebral y desarrollo durante las primeras etapas del ciclo vital, así como los trastornos que en ellos se presenta, para diseñar o adaptar modelos y estrategias de evaluación e intervención, adecuados a la población infantil.

Los Trastornos del Neurodesarrollo son alteraciones o retrasos del desarrollo de funciones que se asocian a la maduración del Sistema Nervioso Central y que resultan en la afectación de la habilidad que tiene el SNC para recibir, procesar, almacenar y responder a la información que llega tanto del exterior como del propio organismo.

La teoría de esta atención temprana se sustenta en la existencia de periodos de aprendizaje continuos, por ello las técnicas de intervención de estimulación precoz son las que facilitan el camino a desarrollar una función correcta desde el inicio, y tratan, si hay una lesión, de mitigar sus efectos. En este contexto se busca que la atención temprana deba llegar a todos los niños que presentan cualquier tipo de trastorno o alteración en su desarrollo, sea éste de tipo físico, psíquico o sensorial, o se consideren en situación de riesgo biológico o social. Se debe tener en cuenta la importancia de una adecuada intervención temprana para amortiguar el desarrollo negativo de la función alterada. Por ejemplo, en un niño autista posiblemente tenga más sentido valorar sus relaciones sociales, en un niño con trastorno motor será mejor valorar su capacidad adaptativa en su entorno inmediato.